AGENCIA REUTERS PUBLICA

PERU PERFORA LOS ANDES PARA IRRIGAR DESIERTO TRAS UN SIGLO DE SUEÑOS
viernes 5 de abril de 2013 08:41 GYT
Por Mitra Taj

OLMOS, Perú (Reuters) - El valle de Olmos en Perú es por ahora un desierto, casi sin lluvias y con ríos que fluyen como un hilo por pocos meses al año, pero una radical solución de ingeniería para combatir la escasez de agua podría generar pronto una bonanza agraria.
El agua fresca, que cae ahora por el flanco este de las montañas andinas hacia la Amazonía y eventualmente al océano Atlántico, se transportará hacia el lado oeste de los Andes para irrigar el desierto de la costa peruana y drenar luego en el océano Pacífico.
El proyecto es en muchos sentidos uno de los más importantes que buscan desviar los flujos de agua en Perú, porque servirá como guía para este tipo de construcciones.
"Todo esto va a ser verde", dijo el ingeniero Giovanni Palacios, director del proyecto de irrigación Olmos, mientras contemplaba kilómetros de arbustos marrones en la zona construcción que supervisa la firma brasileña Odebrecht.
Este ambicioso proyecto, que implica una inversión de 500 millones de dólares y funcionaría en 2014, incluye la construcción de 20 kilómetros de un túnel que atraviesa los Andes para afrontar el difícil problema del agua.
Las precipitaciones en la costa de Perú promedian los 150 milímetros por año, mientras sus glaciares -fuentes de agua fresca para millones- se derriten con el calentamiento global.
"Todo esto va a ser caña de azúcar, va tener uvas, paltas (aguacates), maracuyá y va a estar lleno de gente trabajando - sembrando, cosechando, empacando", dijo Palacios parado en un montículo de arena, que es parte de los 2,5 millones de metros cúbicos de tierra que se han removido hasta ahora para hacer el proyecto.
El proyecto Olmos, cuyos críticos dicen que beneficiará más a las grandes compañías agrarias que a los pequeños agricultores, es uno de los siete planes de irrigación que buscan convertir las franjas de valles desérticos de Perú en campos productivos y rentables.
Casi todos los otros proyectos llevarán agua de los nevados hacia la costa, pero Olmos desviará agua destinada para la amazonía hacia los campos costeros.
En su conjunto, todos los proyectos convertirán en campo verde unas 233.000 hectáreas de desierto en la próxima década.
Perú es uno de los países más expuestos al cambio climático, según Naciones Unidas, y Lima es tan seco como Bagdad.
El próximo año, Odebrecht empezará a bombear miles de millones de galones de agua hacia unos 440 kilómetros cuadrados de franjas de desiertos en la región norteña de Lambayeque, conocida por sus árboles de algarrobo.
"CARGA PREOCUPANTE"
Perú enfrenta una larga lucha para manejar el desequilibrio de agua. La costa oeste de los Andes peruanos, donde habitan dos tercios de la población de Perú y se genera el 80 por ciento de la actividad económica, recibe solo el 2 por ciento de agua fresca del país.
Esto porque los elevados Andes capturan el aire húmedo y caliente de la Amazonía en los picos de las montañas, donde se condensa y se drena de nuevo en la selva, sin pasar a la costa. Las regiones costeras del Perú viven en la larga y seca "sombra de lluvia" de los Andes.
La falta de agua en las regiones a lo largo de la costa ya ha puesto una "carga preocupante" en algunos lugares, dijo Jorge Benites, el director de la agencia Autoridad Nacional de Agua.
"En el futuro, con cambio climático, con el crecimiento rápido de la población y de la economía del Perú, los trasvases transandinos como Olmos van a multiplicarse", afirmó Benites.
El agua ha definido la vida en la costa peruana desde tiempos pre-hispánicos, dándole el poder a quién la controlara.
Antes que el clima extremo y sequías marcaran su colapso en 800 AC, la civilización pre-inca Moche se desarrolló a lo largo de la costa norte de Perú durante unos 700 años, favorecida por un sistema de irrigación que desvió los ríos de los Andes con canales para sus cultivos de maíz y frejoles.
La irrigación en Olmos no ha cambiado mucho desde el tiempo de la cultura Moche para muchos campesinos. Mientras que algunos pueden permitirse un bombeo del agua subterránea en prolongadas temporadas de sequía, otros esperan por una crecida del río Olmos durante las épocas de lluvia para regar sus campos con canales.
Odebrecht estima que el proyecto de irrigación de Olmos creará unos 40.000 puestos de trabajo directo y otros 120.000 trabajos indirectos, por lo que un equipo de arquitectos peruanos diseñaron una nueva ciudad para los que llegarán a la zona.
"Este experimento en Olmos es parecido a lo que los Moche habían hecho hace miles de años; los Moche conquistaron el desierto con irrigación y construyeron ciudades, entonces me pareció muy seductor el tema", dijo el arquitecto José Orrego, de la firma Metrópolis en Lima.
UN PLAN DE LARGA DATA
Los ingenieros consideran que Olmos es el proyecto más complejo y riesgoso en el que han trabajado, en medio de las altas temperaturas del interior de la montaña que requieren del uso de aire acondicionado y de la inestable geología exterior que ha causado al menos dos deslizamientos.
La construcción del túnel fue terminada a fines de 2011 y para 2015 habrá agua suficiente para llenar 160.000 piscinas olímpicas (400 millones de metros cúbicos), que comenzará a fluir a través de la montaña y que pondrá a funcionar una pequeña planta hidroeléctrica.
El proyecto ha sido el sueño de ingenieros y políticos desde fines del siglo XIX, mucho antes de que comenzaran a crecer los temores por el calentamiento global.
El plan quedó en el limbo por causas de financiamiento hasta 2003, cuando un proceso de descentralización permitió que el gobierno regional de Lambayeque lo trabajara con el sector privado.
Odebrecht, eventualmente, obtuvo el permiso para construir el proyecto, que ha cobrado mayor relevancia en momentos en que los científicos advierten que gran parte de los glaciares peruanos podrían desaparecer.
"Lambayeque tiene un gran futuro y para llegar a ese futuro necesitamos más inversión y para eso necesitamos agua", dijo Humberto Acuña, presidente de Lambayeque.
Odebrecht tiene una fuerte presencia en Perú. Ha construido desde carreteras hasta instalaciones mineras, incluso donó la que se considera una versión a menor escala del famoso Cristo Redentor de Río de Janeiro que engalana la costa limeña.
Para costear la construcción del proyecto Olmos sin fondos públicos, Odebrecht dijo que pidió a los inversores apostar al futuro flujo de agua que regará los cultivos.
La empresa licitó tierras públicas ociosas a firmas agrícolas para conseguir la mitad del financiamiento y colocó deuda garantizada con la futura venta de agua para obtener el resto.
"Para poder llevar un proyecto así adelante, hay que alinear a los astros, no es una cosa muy sencilla," afirmó Jorge Barata, director de Odebrecht en Perú. "Toda la novedad de la estructura financiera generó muchas dudas al inicio", agregó.
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FOTO Edición La República 8.4.13

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PERU PERFORA LOS ANDES PARA IRRIGAR DESIERTO TRAS UN SIGLO DE SUEÑOS
viernes 5 de abril de 2013 08:41 GYT
Por Mitra Taj

OLMOS, Perú (Reuters) - El valle de Olmos en Perú es por ahora un desierto, casi sin lluvias y con ríos que fluyen como un hilo por pocos meses al año, pero una radical solución de ingeniería para combatir la escasez de agua podría generar pronto una bonanza agraria.
El agua fresca, que cae ahora por el flanco este de las montañas andinas hacia la Amazonía y eventualmente al océano Atlántico, se transportará hacia el lado oeste de los Andes para irrigar el desierto de la costa peruana y drenar luego en el océano Pacífico.
El proyecto es en muchos sentidos uno de los más importantes que buscan desviar los flujos de agua en Perú, porque servirá como guía para este tipo de construcciones.
"Todo esto va a ser verde", dijo el ingeniero Giovanni Palacios, director del proyecto de irrigación Olmos, mientras contemplaba kilómetros de arbustos marrones en la zona construcción que supervisa la firma brasileña Odebrecht.
Este ambicioso proyecto, que implica una inversión de 500 millones de dólares y funcionaría en 2014, incluye la construcción de 20 kilómetros de un túnel que atraviesa los Andes para afrontar el difícil problema del agua.
Las precipitaciones en la costa de Perú promedian los 150 milímetros por año, mientras sus glaciares -fuentes de agua fresca para millones- se derriten con el calentamiento global.
"Todo esto va a ser caña de azúcar, va tener uvas, paltas (aguacates), maracuyá y va a estar lleno de gente trabajando - sembrando, cosechando, empacando", dijo Palacios parado en un montículo de arena, que es parte de los 2,5 millones de metros cúbicos de tierra que se han removido hasta ahora para hacer el proyecto.
El proyecto Olmos, cuyos críticos dicen que beneficiará más a las grandes compañías agrarias que a los pequeños agricultores, es uno de los siete planes de irrigación que buscan convertir las franjas de valles desérticos de Perú en campos productivos y rentables.
Casi todos los otros proyectos llevarán agua de los nevados hacia la costa, pero Olmos desviará agua destinada para la amazonía hacia los campos costeros.
En su conjunto, todos los proyectos convertirán en campo verde unas 233.000 hectáreas de desierto en la próxima década.
Perú es uno de los países más expuestos al cambio climático, según Naciones Unidas, y Lima es tan seco como Bagdad.
El próximo año, Odebrecht empezará a bombear miles de millones de galones de agua hacia unos 440 kilómetros cuadrados de franjas de desiertos en la región norteña de Lambayeque, conocida por sus árboles de algarrobo.
"CARGA PREOCUPANTE"
Perú enfrenta una larga lucha para manejar el desequilibrio de agua. La costa oeste de los Andes peruanos, donde habitan dos tercios de la población de Perú y se genera el 80 por ciento de la actividad económica, recibe solo el 2 por ciento de agua fresca del país.
Esto porque los elevados Andes capturan el aire húmedo y caliente de la Amazonía en los picos de las montañas, donde se condensa y se drena de nuevo en la selva, sin pasar a la costa. Las regiones costeras del Perú viven en la larga y seca "sombra de lluvia" de los Andes.
La falta de agua en las regiones a lo largo de la costa ya ha puesto una "carga preocupante" en algunos lugares, dijo Jorge Benites, el director de la agencia Autoridad Nacional de Agua.
"En el futuro, con cambio climático, con el crecimiento rápido de la población y de la economía del Perú, los trasvases transandinos como Olmos van a multiplicarse", afirmó Benites.
El agua ha definido la vida en la costa peruana desde tiempos pre-hispánicos, dándole el poder a quién la controlara.
Antes que el clima extremo y sequías marcaran su colapso en 800 AC, la civilización pre-inca Moche se desarrolló a lo largo de la costa norte de Perú durante unos 700 años, favorecida por un sistema de irrigación que desvió los ríos de los Andes con canales para sus cultivos de maíz y frejoles.
La irrigación en Olmos no ha cambiado mucho desde el tiempo de la cultura Moche para muchos campesinos. Mientras que algunos pueden permitirse un bombeo del agua subterránea en prolongadas temporadas de sequía, otros esperan por una crecida del río Olmos durante las épocas de lluvia para regar sus campos con canales.
Odebrecht estima que el proyecto de irrigación de Olmos creará unos 40.000 puestos de trabajo directo y otros 120.000 trabajos indirectos, por lo que un equipo de arquitectos peruanos diseñaron una nueva ciudad para los que llegarán a la zona.
"Este experimento en Olmos es parecido a lo que los Moche habían hecho hace miles de años; los Moche conquistaron el desierto con irrigación y construyeron ciudades, entonces me pareció muy seductor el tema", dijo el arquitecto José Orrego, de la firma Metrópolis en Lima.
UN PLAN DE LARGA DATA
Los ingenieros consideran que Olmos es el proyecto más complejo y riesgoso en el que han trabajado, en medio de las altas temperaturas del interior de la montaña que requieren del uso de aire acondicionado y de la inestable geología exterior que ha causado al menos dos deslizamientos.
La construcción del túnel fue terminada a fines de 2011 y para 2015 habrá agua suficiente para llenar 160.000 piscinas olímpicas (400 millones de metros cúbicos), que comenzará a fluir a través de la montaña y que pondrá a funcionar una pequeña planta hidroeléctrica.
El proyecto ha sido el sueño de ingenieros y políticos desde fines del siglo XIX, mucho antes de que comenzaran a crecer los temores por el calentamiento global.
El plan quedó en el limbo por causas de financiamiento hasta 2003, cuando un proceso de descentralización permitió que el gobierno regional de Lambayeque lo trabajara con el sector privado.
Odebrecht, eventualmente, obtuvo el permiso para construir el proyecto, que ha cobrado mayor relevancia en momentos en que los científicos advierten que gran parte de los glaciares peruanos podrían desaparecer.
"Lambayeque tiene un gran futuro y para llegar a ese futuro necesitamos más inversión y para eso necesitamos agua", dijo Humberto Acuña, presidente de Lambayeque.
Odebrecht tiene una fuerte presencia en Perú. Ha construido desde carreteras hasta instalaciones mineras, incluso donó la que se considera una versión a menor escala del famoso Cristo Redentor de Río de Janeiro que engalana la costa limeña.
Para costear la construcción del proyecto Olmos sin fondos públicos, Odebrecht dijo que pidió a los inversores apostar al futuro flujo de agua que regará los cultivos.
La empresa licitó tierras públicas ociosas a firmas agrícolas para conseguir la mitad del financiamiento y colocó deuda garantizada con la futura venta de agua para obtener el resto.
"Para poder llevar un proyecto así adelante, hay que alinear a los astros, no es una cosa muy sencilla," afirmó Jorge Barata, director de Odebrecht en Perú. "Toda la novedad de la estructura financiera generó muchas dudas al inicio", agregó.
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FOTO Edición La República 8.4.13