UGEL LAMBAYEQUE DESARROLLÓ EL TALLER ''MASCULINIDAD POSITIVA'' ASISTIDO POR LA RED DE SALUD LAMBAYEQUE
El día de hoy, 16 de noviembre, en las instalaciones de la UGEL Lambayeque, se desarrolló el taller de capacitación brindado al personal de la UGEL Lambayeque, con el tema ''Masculinidad positiva'', del cual estuvo a cargo el Lic. Juan Valderrama Montenegro, de la Red de Salud Lambayeque.
En dicha reunión, estuvo presente el Jefe de Gestión Pedagógica, el Dr. Abram Sánchez Cueva, junto al equipo de Especialistas en Educación, el equipo de Dirección, el equipo de la Dirección de Gestión Institucional, y el equipo de Asesoría Jurídica de la jurisdicción.
Esta capacitación se desarrolló en el marco de la estrategia denominada ''Intervención de fortalecimiento de la gestión de la UGEL para el abordaje de prevención de la violencia contra las mujeres e integrantes del grupo familiar''; siendo un plan de articulación entre el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, y la UGEL Lambayeque, que tiene como referencia el OFICIO N°12-2022 MIMP-AURORA-ABPR.
Asimismo, en los siguientes días se abordaran los temas ''Sexualidad: Estereotipos y roles''; y ''Mitos del amor romántico: expresión de la violencia simbólica''.
Se dio de conocimiento que dentro de los limites y efectos de la masculinidad, se conceptualiza que que ser hombre significa tener y ejercer poder. El poder asociado a la masculinidad exige poseer algunas características, tales como ganas, ordenar, lograr objetivos, tener control y poder.
En ese sentido, poder también significa controlar sentimientos, emociones, y necesidades afectivas, para evitar la pérdida de dominio y el control sobre los otros, también por el temor de que se le atribuyan características femeninas, que son absolutamente rechazadas.
Para el varón se espera que sea proveedor, fuerte, protector, racional no afectivo, decidido, temerario, arriesgado, posesivo y con cargo de mando, lo cual es incorrecto, puesto que estas atribuciones diferenciadas otorgan socialmente una mayor valoración al hombre y no a la mujer, lo que transmite una posición de poder del varón hacia la mujer, lo que, en una relación de pareja, conyugal o de convivencia se evidencia a través del autoritarismo, dominación, discriminación, es decir la violencia en sus expresiones.
Ante esto, la recomendación es que se puede cambiar en tanto asumamos una posición que promueva una nueva masculinidad en la que se permita a hombres y mujeres una convivencia plena, en donde ambos se respeten, se apoyen y se fomente relaciones en igualdad, sin posiciones jerárquicas o de dominio.
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